Japón es una nación insular en el Océano Pacífico, cuyos habitantes son los primeros en el planeta en celebrar un nuevo día. Todos los vecinos de Japón están ubicados al oeste, por lo que la primera mención de Japón en un libro chino lo describe como un país en el este, desde donde sale el sol.
Una antigua leyenda sobre la creación de Japón dice que el hermano y la hermana divinos Izanagi e Izanami descendieron del cielo a las extensiones de aguas azules a lo largo del arco iris. El agua se fusionó con el cielo y era indistinguible de él. Entonces Izanagi golpeó el agua con su espada. Una cadena de gotas rodó desde la hoja de la espada, convirtiéndose en una cadena curva de islas sobre el agua. Evidentemente, la espada era bastante grande, ya que había casi siete mil islas en el archipiélago japonés.
A través de las montañas hasta el amanecer
En los albores de nuestra era, un pequeño país insular llamado Wo y estaba en completo vasallaje de China. En Japón, hubo un período de fragmentación feudal y luchas civiles.
Poco a poco, uno de los clanes en guerra, Yamato, se hizo más fuerte que los demás y comenzó a unir a los señores feudales bajo su mandato. La fragmentación fue reemplazada por la centralización, y con ella la cultura y la prosperidad. En el siglo V d. C., la palabra "Yamato" (traducida como "el camino de las montañas") se había convertido en sinónimo de Japón.
Hacia el año 600, el príncipe regente japonés Shotoku escribió en una carta al emperador chino: "De la tierra donde sale el sol a la tierra donde se pone el sol". A los chinos no les gustó este tratamiento, ya que indicó que Japón fue elegido por el propio sol.
Según la leyenda, el primer emperador japonés era descendiente directo de la diosa del sol Amaterasu. Heredó la tierra de sus padres Izanagi e Izanami y envió a su nieto Ninigi a gobernar las islas japonesas. El emperador llevaba el título Tenno, que significa "Maestro celestial".
Cuando se llevó a cabo una reforma agraria, que declaró toda la tierra propiedad de la familia imperial, Japón pasó a ser oficialmente conocido como la Tierra del Sol Naciente. China solo pudo aceptar este nombre, así como la independencia de Japón.
Feliz futuro de un pequeño país
El nombre propio de Japón es "Nippon" o "Nihon". Ambas opciones se escriben igual y constan de dos jeroglíficos: sol y raíz, comienzo. La traducción literal de esta frase suena como "el principio del sol", "la raíz del sol", es decir, la salida del sol. En un arreglo poético: la tierra del sol naciente. Con el advenimiento de la luz del día, los japoneses asociaron la felicidad y la prosperidad futuras, por lo que este nombre del país enfatizó su futuro feliz.
El crisantemo, cuya disposición se asemeja a los rayos del sol, se ha convertido en un símbolo de Japón. Esta flor está representada en la portada de los pasaportes, en el sello estatal y es la marca de la casa imperial de Japón. El jeroglífico "kiku" tiene dos significados: crisantemo y sol. La bandera nacional de Japón representa un círculo rojo sobre un fondo blanco, que representa el sol naciente.