La popularidad del ladrillo en los trabajos de construcción está determinada por sus propiedades de alto rendimiento. Para que este material resista cargas importantes, es importante observar la tecnología correcta para su fabricación. Hoy en día, se utilizan ampliamente dos métodos de producción de ladrillos: con fuego y sin fuego.
Producción de ladrillos: hechos de la historia
Los métodos y tecnologías para fabricar ladrillos se han mejorado a lo largo de los siglos. Hasta cierto tiempo, el proceso de producción de este material de construcción era sumamente laborioso. Cada ladrillo se hizo a mano, lo que requirió mucho tiempo y esfuerzo.
El ladrillo se secaba con mayor frecuencia en el verano al aire libre, y luego, para este propósito, comenzaron a usarse hornos de secado especiales, que generalmente se construían en el piso de las instalaciones industriales. Hace solo dos siglos que se inventaron un horno de ladrillos anular y una prensa de cinta. Estas innovaciones facilitaron enormemente el trabajo de los artesanos.
Hoy en día, el ladrillo se produce en grandes empresas especializadas durante todo el año. La industria de la construcción necesita desesperadamente este material práctico, por lo que la producción de ladrillos se mide en todo el mundo en cientos de millones de piezas por año.
Tecnología de fabricación de ladrillos
En el método de cocción de la producción de ladrillos, se utiliza arcilla, que se extrae en canteras. Para empezar, las materias primas se colocan en pozos especiales, se nivelan cuidadosamente y luego se llenan de agua. Después de varios días de tal envejecimiento, la arcilla se entrega a una fábrica de ladrillos, donde se procesa a máquina.
Primero, las piedras se eliminan de la masa de arcilla, después de lo cual la materia prima ingresa al alimentador. Durante el procesamiento, la arcilla se rompe en trozos pequeños y se muele. Ahora el material preparado ingresa a los ejes flexibles, y desde allí se alimenta a la prensa de banda, que corta la arcilla y forma productos terminados a partir de ella. El ladrillo crudo se empaqueta y se coloca en una cámara de secado, donde se calienta.
El secado, realizado por un método artificial, no requiere áreas de producción significativas y no depende en absoluto de las condiciones climáticas. Las corrientes de aire soplan sobre los ladrillos expuestos a altas temperaturas. En aire húmedo, los productos se calientan y secan uniformemente en todo su volumen. Después del secado, el ladrillo se cuece adicionalmente en un horno anular a una temperatura de 1000 ° C. El ladrillo cocido de alta calidad tiene una superficie mate y, cuando lo golpea, emite un sonido claro.
Si se utiliza una tecnología sin cocción, se utiliza el prensado del material, en el que los componentes a granel originales se sueldan bajo la acción de una mayor presión en presencia de agua y aglutinantes. El ladrillo procesado de esta manera se somete a un envejecimiento natural en el almacén durante una semana hasta que esté completamente maduro.