La creencia en los milagros generalmente se atribuye a los niños pequeños, porque solo ellos pueden pensar que las hadas, magos o dragones realmente existen en el mundo. Sin embargo, los adultos también necesitan al menos un pequeño milagro en la vida.
Creer en un milagro es importante para todas las personas. Da esperanza, permite superar las dificultades, mantiene una actitud positiva y una buena actitud ante la vida.
La creencia de los niños en los milagros
Los niños pequeños perciben el mundo de manera muy diferente a los adultos. Son más indefensos y no lo suficientemente fuertes para resistir el miedo y la adversidad. Es gracias a esto que los niños desarrollan una especie de mecanismo de protección: comienzan a creer que existe algún tipo de fuerza que puede salvarlos del miedo o del sufrimiento. Así surge la idea de padres omnipotentes que pueden hacer todo, así como magos y criaturas buenos y malos. En la edad adulta, este sentimiento de apoyo omnipotente a menudo se convierte en una creencia religiosa, atribuyendo todas las manifestaciones inusuales al Todopoderoso.
Creer en un milagro en los niños desarrolla la imaginación, el pensamiento creativo y fomenta la capacidad del niño para soñar. Esto es lo que lo ayudará en el futuro a establecer metas para sí mismo en la vida, hacer frente a los fracasos y mirar con valentía hacia el futuro. Por lo tanto, un milagro en la vida de un niño juega un papel importante y no es necesario privarlo de esto demasiado pronto. Es mejor que los padres apoyen la fe del bebé en Santa Claus, un pez dorado, juguetes parlantes durante el mayor tiempo posible, porque esto es lo que constituye la infancia.
Actitudes de los adultos hacia los milagros
En la edad adulta, también es importante creer en un milagro. Elimina el marco y muchos complejos de una persona cuando se da cuenta de que nada es imposible, incluso si algo no encaja en la idea habitual. La capacidad de superar los límites de la razón no está sujeta a todas las personas, pero quienes aprenden a hacerlo están constantemente buscando nuevas formas, encuentran una salida a situaciones desesperadas, superan obstáculos, definitivamente lograrán su objetivo, están por delante. de sus rivales o competidores. Y es sumamente útil poder hacerlo en un mundo en constante cambio.
Sin embargo, la mayoría de los adultos son bastante cínicos acerca de creer en algo intangible, lo que no pueden probar. Su razón y lógica a veces matan cualquier oportunidad de pensar irracionalmente y permitirse creer en lo imposible. Sin embargo, cuando una persona cierra la oportunidad para un milagro o algo inusual, entonces a veces también abandona su intuición, y esto es lo que le permite predecir el curso de los eventos o ver perspectivas en algún tema o actividad. Al prohibirse el pensamiento intuitivo, una persona se priva de la suerte, suerte que de repente aparece en el camino, no ve las señales que le da el destino.
Por supuesto, podemos decir que nada como esto existe en el mundo, y todo éxito es solo una coincidencia, pero sin fe ni siquiera esto lo puede lograr. Al creer en algo, las personas muestran su voluntad de aceptar el cambio y una actitud positiva hacia ellos. Todo esto le da fuerza y oportunidad para realizar sus deseos e ideas. Además, creer en un milagro es la capacidad de encontrar el bien y el bien, que se conserva en el alma de cada persona.