El fluido magnético es un resultado único del progreso técnico y el genio humano. A diferencia de la mayoría de los inventos tomados de la naturaleza, no tiene análogos. Debido a sus propiedades inusuales, el fluido magnético tiene cada vez más campos de aplicación: en la industria militar, en óptica y medicina, en electrónica e instrumentación.
¿Qué es el fluido magnético?
Un fluido magnético, o más bien un fluido ferromagnético, es un fluido muy polarizado en presencia de un campo magnético. Recibió su nombre de la palabra latina ferrum, es decir, "hierro".
El fluido magnético no es más que una suspensión muy dispersa. En otras palabras, es un sistema coloidal que consta de un líquido portador y partículas nanométricas ferromagnéticas suspendidas en él. El vehículo líquido puede ser agua, disolvente orgánico, hidrocarburos, sustancias de organosilicio u organofluorado.
Sin embargo, el nombre de estas sustancias no se corresponde del todo con la realidad, ya que dichos líquidos en sí mismos no presentan propiedades ferromagnéticas. Después del cese de la exposición a un campo magnético, no retienen la magnetización residual. Los fluidos ferromagnéticos son en realidad solo paramagnetos o, como también se les llama, "superparamagnetos", simplemente son muy susceptibles a un campo magnético.
Historia de los fluidos ferromagnéticos
Los fluidos ferromagnéticos y sustancias similares han aparecido hace bastante tiempo. Casi simultáneamente, se crearon en los años 60 del siglo pasado en Estados Unidos y la URSS. En esos años, fueron ampliamente utilizados en varios programas espaciales.
Estas sustancias están disponibles para otros círculos de la comunidad científica no hace mucho tiempo. Hoy en día, los fluidos magnéticos se estudian en muchos países con alto potencial científico: Japón, Francia, Alemania y Gran Bretaña.
Aplicación de fluidos ferromagnéticos
La propiedad principal y más singular de todos los fluidos ferromagnéticos es su combinación de alta fluidez con propiedades magnéticas excepcionales. Para estos dos indicadores, las sustancias ferromagnéticas son decenas de miles de veces superiores a cualquiera de los líquidos conocidos. Es gracias a estas propiedades que las suspensiones magnéticas han encontrado una amplia aplicación en varios campos.
Por ejemplo, se utilizan en dispositivos electrónicos, creando con su ayuda una capa que protege de manera confiable las piezas de la penetración de partículas extrañas. Y muchos tweeters utilizan ferrofluidos para alejar el calor de la bobina móvil.
En la ingeniería mecánica, estas suspensiones se utilizan para reducir la fricción entre las partes individuales del conjunto.
Los fluidos magnéticos también se utilizan en instrumentos analíticos; gracias a sus propiedades refractivas, han encontrado su nicho en la óptica.
También se están realizando experimentos sobre el uso de fluidos ferromagnéticos para extirpar tumores.
