El rocío es uno de los fenómenos naturales más asombrosos. ¿De dónde vienen estas llamativas gotas de agua a primera hora de la mañana? La naturaleza vive según sus propias leyes y reglas, que los científicos tratan de explicar.
La causa del rocío es un proceso natural en el que la atmósfera, la hidrosfera y la superficie de la tierra intercambian humedad constantemente. Surge de los vapores, sus movimientos en la atmósfera, seguidos de la condensación en forma de precipitación periódica de diversas precipitaciones y escorrentía de regreso al océano mundial. Este proceso se denomina en la naturaleza ciclo grande o mundial del agua. Junto a él, hay dos pequeños giros más: oceánico y continental. El primero ocurre directamente sobre el océano y, al igual que la circulación mundial, consiste en el proceso continuo de movimiento de la humedad. El ciclo del agua continental ocurre de la misma manera, pero solo en áreas terrestres. Cabe señalar que como resultado de este proceso, el océano pierde más humedad de la que recibe. En los continentes, la situación es la contraria: cae mucha más precipitación de la que se evapora. Pero al final, todos ellos, los que alguna vez cayeron en tierra, regresan al océano De todos los tipos de precipitación que se forman como resultado del ciclo del agua, el rocío es quizás el más sorprendente. En los calurosos días de verano, la humedad se evapora de la superficie de los lagos, ríos, arroyos, así como de las plantas y el suelo. Por la noche, la temperatura del aire desciende y puede alcanzar un valor suficiente para la saturación del vapor de agua. Esta condición también se llama punto de rocío. Llega el momento en que el vapor ya no puede permanecer en este punto y se deposita en la superficie de la tierra, hojas de plantas, etc. en forma de gotas de agua. Pero tan pronto como aparezcan los primeros rayos sobre el horizonte, el rocío comenzará a evaporarse inmediatamente. Por eso, si quieres ver este maravilloso fenómeno natural, debes hacerlo al amanecer, desde la antigüedad la gente se lavaba con el rocío de los pastos y árboles y caminaba sobre él. El rocío, absorbiendo el poder curativo de las plantas, brillando bajo el sol de la mañana, le dio salud y alegría a una persona.