El hombre moderno tiene suerte con una gran selección de incienso. Por otro lado, esta diversidad a menudo crea una sensación de confusión. El mercado ofrece una amplia gama de fragancias, y el incienso en sí varía en forma y se produce en diferentes países.
Apariencia de incienso
En primer lugar, es importante decidir la forma del incienso comprado. El incienso se enciende en un incensario especial. Es necesario por razones de seguridad, de modo que no se produzca un incendio por la caída de cenizas. El quemador de incienso correspondiente se selecciona para el incienso de cierta forma.
Las formas más comunes de incienso son los palitos y los conos. Para iluminar el cono se necesita un soporte de disco de cerámica o piedra. Se venden soportes especiales para palos. Pero puedes prescindir de comprarlos. Llena un bol con arroz o arena y mete un palito en él o coloca un cono encima. Ahora se puede encender el incienso.
Que olor elegir
Una vez que hayas descubierto la forma del incienso, es hora de decidir el aroma. Hay incienso con una nota predominante. Los olores como vainilla, jazmín o coco dan una clara indicación del aroma que se espera.
Si te gustan los aromas suaves, calmantes y equilibrantes, puedes optar por el incienso japonés. Sus aromas insaturados y sencillos son puros y agradables. No suprimen otros olores de la casa. Este incienso tiene aromas florales y amaderados.
Si sus preferencias gravitan hacia olores intensos y fuertes, entonces es mejor optar por el incienso tibetano o indio. La ventaja de estas fragancias es que están elaboradas con técnicas muy antiguas. Este incienso, gracias a miles de años de investigación médica, tiene un efecto terapéutico.
Aunque originalmente se usó con fines espirituales, el incienso tibetano e indio finalmente llegó a usarse para purificar y aromatizar el aire interior.
El incienso indio suele tener aromas dulces y florales en comparación con otros. Además, su aroma fuerte y rico interrumpe todos los demás olores a su alrededor. El incienso indio más popular es Nag Champa. Su aroma es brillante, único y agradable.
El incienso se fabricó por primera vez en India y Nepal. Se utilizó en los monasterios con fines espirituales y de meditación. Dado que la receta para crear este incienso no abandonó las paredes de los monasterios durante mucho tiempo, sino que se distribuyó solo entre los monjes, era inaccesible para la gente común hasta hace muy poco. Está elaborado con flores, resinas, aceites aromáticos y hierbas.
El incienso tibetano es tan fuerte como el indio. Pero su olor es herbal y amaderado. Recuerda a los antiguos monasterios y templos budistas. El aroma del incienso tibetano es beneficioso para la meditación y tiene un efecto curativo. En términos de composición, el incienso tibetano es similar al indio. La diferencia es que estos últimos también aportan aromas de madera y minerales.
El incienso tibetano e indio está hecho solo de materiales naturales como hibisco, magnolia, sándalo, jazmín y otras flores mezcladas con hierbas.