Para no terminar con tu novia frente a una compañía de hooligans, es bastante lógico no caminar donde esto puede suceder, no pasear por las puertas oscuras de los vecindarios disfuncionales, no llevarla a clubes baratos y bares nocturnos.. Pero dado que tuvo lugar la reunión con los agresores, es importante comportarse correctamente en tal situación.
Estrategia
La niña no es una luchadora seria, por lo que para ella, en caso de peligro real, la mejor opción sería correr y pedir ayuda con todas sus fuerzas. De una forma u otra, pero en la mayoría de los casos esta es la única opción correcta. En primer lugar, en una pelea, puede interferir, obstaculizando el movimiento de un hombre. En segundo lugar, la niña que se escapó lejos y llamó a la policía para pedir ayuda aumenta enormemente las posibilidades de que su joven se mantenga vivo y sano. De hecho, en tal situación, la idea de matar y mutilar a la víctima a los ojos de los hooligans pierde su atractivo: una redada en persecución será inevitable.
Naturalmente, la niña debe estar convencida de la necesidad de tales acciones con anticipación, ya que en el caso de una pelea callejera, no habrá tiempo para la persuasión y la explicación. Huir de los hooligans con ella tampoco funcionará: la chica promedio corre mucho peor que un hombre, especialmente con tacones.
Dependiendo de las circunstancias, puede dispersarse en diferentes direcciones. Pero al mismo tiempo, un hombre debería obligar a los agresores a correr tras él. Insultarlos de cualquier manera o noquear a uno de ellos con un golpe sorpresa.
Puede desafiantemente, con fuertes llamadas a la policía, huir y el hombre. Si algunos de los hooligans, temiendo la participación de la policía, corren tras él, el número de agresores puede reducirse a la vuelta de la esquina más cercana. Luego, habiendo encontrado un arma adecuada (palo, piedra o botella), regrese y luche contra la niña. Si la casa no está muy lejos, puede regresar con armas y ayuda bastante serias.
Si hay pocos hooligans, no están armados y la niña tiene un buen entrenamiento deportivo o de lucha, puede tomar uno de ellos por un tiempo. Es recomendable que ella no trató de rascarse la cara ni colgarse de los brazos del enemigo, sino que le propinó varias buenas patadas en la ingle. Al hacer esto, facilitará enormemente la tarea de su novio de volarles los sesos a ambos matones.
Táctica
Un chico normal necesita luchar desesperadamente para proteger a una chica. Y si la niña, por alguna razón, no puede huir, lucha hasta el final.
En primer lugar, no debes entrar en pánico y pensar detenidamente: cuáles son los oponentes como luchadores y qué tan lejos están dispuestos a llegar. Los más peligrosos de ellos deben neutralizarse primero. Un rebaño, que se queda sin un líder, puede abandonar sus planes si ve que la víctima está lista para llegar al final y puede matar de manera bastante realista a uno de ellos.
Si tienes algún objeto a mano, úsalo como arma. Un cuchillo, una piedra, un palo, una botella, un cinturón con una placa masiva, una silla en las manos del defensor pueden mostrar primero a los agresores que será difícil para ellos lograr la victoria y luego aumentar sus posibilidades de contraatacar.
Si ya está claro que no se puede evitar una pelea, intente golpear primero. El factor sorpresa es la mejor manera de cambiar el resultado a su favor. Golpear en la cabeza, en la mandíbula, en la ingle para garantizar que un golpe sea suficiente. Cuidado con las manos: si el enemigo se mete la mano en el bolsillo, déjelo inconsciente inmediatamente antes de que tenga tiempo de coger un cuchillo o una manopla.
Trate de pensar en todas las situaciones de conflicto de antemano: en qué momento y cuál es la mejor manera de atacar primero, qué les dirá a los hooligans y si esto tendrá sentido. Tan pronto como comience la pelea, es mejor apagar todos los pensamientos y los instintos de confianza. Cualquier reflejo, por muy lógico y correcto que sea, siempre es peligroso, ya que reduce en gran medida la velocidad, que es de vital importancia en este momento. Necesitas pensar seria e intensamente solo antes y después de una pelea.