Una persona con enfermedad mental no percibe adecuadamente la realidad y tiene desviaciones en el comportamiento. La comunicación con esas personas también puede desviarse de las normas existentes. Lo principal es recordar que una persona no solo se comporta de manera anormal, está enferma.
Instrucciones
Paso 1
Trate a la persona con enfermedad mental con amor. Después de todo, no es culpa suya que le hayan pasado problemas. Aunque sin duda te resultará muy difícil, trata de reprimirte y sigue respetándolo. No le hables en un tono despectivo y condescendiente, incluso si tienes que pedirle algo muchas veces.
Paso 2
Mantén una cierta distancia. No se ofenda por sus palabras o acciones, porque no las hace a propósito. Trate el comportamiento negativo como síntoma de una enfermedad.
Paso 3
Estate calmado. Comprenda que su comportamiento inapropiado es el resultado de un trastorno mental severo. Durante los períodos de exacerbación, los sentimientos del paciente pueden ser muy tensos, así que no le grite. En esos momentos, simplemente no podrá entender todo lo que estás tratando de transmitirle. Tu tranquilidad le ayudará a afrontar la ansiedad, los pensamientos confusos y a mejorar su estado mental. Y el conflicto y la disputa, por el contrario, pueden provocar una recaída.
Paso 4
Aprenda a reconocer y responder a los síntomas. Si la ira y la irritabilidad son una característica de la enfermedad, no discuta con él ni limite la comunicación por completo durante un tiempo. Cuando esté cerrado, comience la conversación primero. Si tiene dificultad para concentrarse, repita lo que se dijo y hable con frases cortas. No apoye las creencias delirantes, pero no discuta abiertamente con el paciente. Y si tiene dudas sobre sí mismo o baja autoestima, trátelo con comprensión y respeto.
Paso 5
Apóyelo y celebre incluso los pequeños éxitos. Esto le ayudará no solo a él, sino también a usted. Después de todo, es muy difícil comunicarse con una persona mentalmente enferma y esperar constantemente una mejora en su condición.
Paso 6
Mantén su rutina habitual. Si el paciente lleva mucho tiempo en el hospital, averigüe su horario: almuerzo, cena o hora de acostarse. Y si es posible, crea lo mismo en casa. Para las personas con enfermedades mentales, la previsibilidad y la tranquilidad son muy importantes en la vida. Cree actividades diarias sencillas para que él se mantenga ocupado. Esto lo hará sentir más rico y necesitado.