Destacada en los hombres y completamente invisible en las mujeres, la protuberancia de la laringe se denomina en latín prominenteia laryngea, es decir, nuez de Adán o "nuez de Adán". Por razones fisiológicas, esta parte del cartílago es más visible en el sexo más fuerte que en las niñas.
Kadik se forma cuando dos placas del cartílago tiroides crecen juntas. Las cuerdas vocales en los hombres son mucho más largas que en las mujeres, por lo que el ángulo de su conexión es más agudo. Por tanto, la protuberancia de la laringe es más pronunciada. Aunque existen diferencias en el tamaño de la "nuez de Adán" entre los jóvenes. En algunos hombres, esta parte del cuerpo sobresale mucho hacia adelante, asemejándose a la quilla de un barco, mientras que en otros, la fusión del cartílago ocurre en un ángulo obtuso, por lo que la nuez de Adán parece más delicada.
Otro motivo que explica el hecho de que la protuberancia cartilaginosa de la laringe en las mujeres sea menos notoria es la presencia de una capa de grasa. Está presente en todas las niñas, independientemente de que tengan sobrepeso o no.
A veces en algunas mujeres hay una "nuez de Adán" bastante pronunciada, generalmente en estos casos hay otras características sexuales masculinas secundarias (vello corporal excesivo, voz áspera, estructura de la figura masculina). Esto se debe a los desequilibrios hormonales del cuerpo.
Kadik participa activamente en la formación de la voz humana, es una especie de resonador. El cartílago fusionado protege las cuerdas vocales, controla su tensión. Dado que la forma de la "nuez de Adán" es diferente para hombres y mujeres, el tono y el timbre de la voz también son diferentes.
La Biblia también explica la aparición de una pronunciada nuez de Adán en los hombres. Basta recordar la historia de la caída de Adán y Eva para comprender de dónde vino el fruto desafortunado en la garganta del primer hombre. La mujer resultó ser más receptiva a todo lo nuevo, pero el representante del sexo más fuerte no pudo tragarse su pieza, y ahora la "nuez de Adán" le recuerda a la gente que ha cometido un pecado.
Los mamíferos, como los humanos, tienen la nuez de Adán. Debido a la variada forma de este órgano cartilaginoso, los animales emiten los sonidos más sorprendentes y variados. Por ejemplo, los elefantes pueden generar infra y los murciélagos pueden generar ultrasonidos.