El valor de una esmeralda, en primer lugar, está determinado por su color y solo luego por su corte y quilates. Las esmeraldas vienen en una variedad de tonos, dependiendo de dónde fueron extraídas. Los más caros, los colombianos, son de color verde brillante con un celeste. Por supuesto, afecta el precio de la esmeralda y su origen, ya sea natural o cultivada. Las esmeraldas artificiales son una hábil falsificación, que tiene un lugar en la joyería, pero no en la joyería.
Instrucciones
Paso 1
Evalúa la sombra de la piedra. Tanto las esmeraldas naturales como las producidas en laboratorio van del verde pálido al verde intenso. Las piedras con un tinte amarillento pronunciado no son esmeraldas, pero lo más probable es que sean peridotos o granates verdes.
Paso 2
Presta atención a los destellos que aparezcan en la piedra. Los destellos, que los gemólogos llaman dispersión, tienen diferentes intensidades para cada gema. El diamante es famoso por su "juego". Las esmeraldas naturales tienen poca dispersión y deben producir poco fuego. Las piedras verdes brillantes son probablemente circonita cúbica.
Paso 3
Revisa los bordes de la piedra. Los ladrones a veces hacen un "sándwich" a partir de un corte fino de esmeralda natural, intercalado entre dos piezas de cristal, pegándolo todo junto con resina epoxi de color verde oscuro. Si miras la piedra de lado y distingues tales capas, la esmeralda es una clara falsificación.
Paso 4
Examine la piedra con una lupa fuerte. Si sus bordes parecen estar gastados, lo más probable es que no sea una esmeralda, sino un vidrio grueso ordinario. Las esmeraldas naturales y cultivadas tienen una dureza de 7.5 a 8 en la escala de Mohs. Esto es, por supuesto, menos que el diamante (10 en la escala de Mohs), pero mucho más que el vidrio (5, 5 en la escala de Mohs). Los bordes del vidrio se desgastan rápidamente, mientras que los bordes de la esmeralda permanecen facetados con precisión durante mucho tiempo.
Paso 5
A simple vista, y más aún con una lupa, se pueden notar fácilmente los defectos en las esmeraldas naturales. Debe haber inclusiones de líquidos, gases, sustancias minerales, así como pequeñas grietas en una esmeralda natural. Le dan a las piedras un aspecto ligeramente embarrado. Cuanto más grande es la piedra, más de ellos. Por lo tanto, las esmeraldas grandes con pequeños defectos son un dinero fabuloso. Por cierto, todas estas burbujas, plumas y grietas, según los joyeros, no estropean en absoluto las esmeraldas. Incluso se les ocurrió un término especial para ellos: Jardin (jardín de infancia en francés). El "jardín" dentro de cada esmeralda es tan individual como una huella digital.