El rosario es un antiguo instrumento sagrado utilizado en muchas religiones. Se pueden encontrar en manos de musulmanes, cristianos e incluso budistas. El rosario es amado no solo por los creyentes, sino también por los médicos, astrónomos, filósofos … Ciertamente, en el rosario se esconde un cierto poder mágico, pero ¿cómo ordenarlo correctamente para dominarlo?
Instrucciones
Paso 1
Con fines religiosos y prácticas espirituales, las cuentas se han utilizado desde la antigüedad. La digitación sistemática de las cuentas con los dedos ayuda a lograr el estado necesario de descanso y equilibrio y proporciona el único estado de ánimo correcto. Si quieres alcanzar la iluminación religiosa o simplemente quieres rezar, gira el rosario lenta y deliberadamente. Comience con la cuenta más grande y avance a lo largo del rosario con el pulgar y el dedo medio y lea las oraciones. Una oración debe corresponder a cada cuenta. De esta manera, mantendrá un estado enfocado y podrá lograr una mayor concentración que con la habitual pronunciación monótona de palabras sagradas.
Paso 2
Use un rosario para ayudarlo a concentrarse y calmarse. Con tensión nerviosa, arduo trabajo mental y emocional, así como estrés severo, se recomienda tocar el rosario para recuperar el equilibrio. Realmente no importa cómo lo hagas - clasificando las cuentas lentamente, contando hasta diez cada vez, o jugueteando febrilmente con ellas en tus manos, tratando de calmarte - lo principal es distraerte de los pensamientos que atormentan tu alma y, debido a los movimientos monótonos, llévelos al subconsciente calma y regularidad.
Paso 3
La motricidad fina de los dedos es extremadamente beneficiosa para la salud. Si tiene migrañas, frote bien las perlas con las yemas de los dedos. Además, hay muchos puntos de acupuntura en la mano, cuyo masaje tiene un efecto beneficioso en todo el cuerpo. Si eres un trabajador manual y te esfuerzas los dedos todo el día, solo necesitas tocar el rosario. Estas manipulaciones ayudarán a que los cepillos se relajen y devuelvan la sensibilidad que se perdió durante el día.