Al no poder quitarse el anillo de su dedo en el momento adecuado, puede encontrarse en una situación difícil. Digamos que estás recogiendo anillos de boda y, probándote un anillo más pequeño de lo que necesitas, entiendes que ya no puedes quitártelo para seguir eligiendo. ¿Qué se debe hacer en este caso?
Necesario
- -un poco de agua corriente del grifo;
- - Crema cosmética o cualquier otra sustancia viscosa, lubricante.
Instrucciones
Paso 1
Prueba algunas formas de engañar al anillo y hacer que se te escape del dedo después de todo. La primera y más sencilla forma, que no requiere ayudas, es intentar quitar el anillo girándolo en sentido horario o antihorario. Aunque tendrás que esforzarte un poco para conseguir el efecto deseado, es muy posible que así puedas sacar el anillo antes que si lo tiraras con fuerza en una dirección.
Paso 2
Humedezca su dedo y el anillo con agua corriente o cualquier otro líquido. Esto reducirá la fuerza de fricción y permitirá que el anillo se mueva más libremente en su dedo, moviéndolo en la dirección que desee. A veces, incluso una pequeña cantidad de saliva ordinaria (por falta de otros medios) le permite romper la resistencia inesperada del anillo; en una emergencia, todos los medios son buenos.
Paso 3
Por último, utilice una crema o cualquier líquido viscoso que pueda tener a su disposición. En una joyería, a veces pueden ofrecer un trapo empapado en una solución especial que se asemeja al jabón líquido; basta con frotar el anillo con él para que se resbale instantáneamente de su dedo. No dude en ponerse en contacto con un asesor de ventas para obtener ayuda, lo más probable es que esté acostumbrado a tales dificultades de los clientes.
Paso 4
Use el último recurso si su caso fue muy difícil: intente enfriar su mano para que sus músculos se contraigan y, como resultado, el dedo se vuelva un poco más estrecho de diámetro. Después de eso, no tire del anillo con todas sus fuerzas, pero intente, usando el mismo lubricante, que se deslice suavemente de su dedo. En cualquier caso, recuerde que las situaciones en las que el anillo ya no se puede quitar del dedo, en principio, son bastante raras, y la inesperada "terquedad" de las joyas no es motivo de pánico.