Desde la infancia, los padres enseñan a sus hijos a seguir las reglas de higiene personal. Todas las partes del cuerpo deben estar limpias y ordenadas, y para ello es necesario lavarse la cara, cepillarse los dientes, peinarse y lavarse las orejas todos los días. Sin embargo, si los primeros procedimientos de higiene son claros y simples, el último, limpiar los oídos, requiere un enfoque especial; de lo contrario, puede dañar el audífono y la salud en general.
Instrucciones
Paso 1
No siga el consejo de limpiarse los oídos con frecuencia y en profundidad. No es necesario lavarlos a diario. Si los oídos están sanos, el proceso de autolimpieza ocurrirá naturalmente en los canales auditivos durante las actividades humanas normales: al hablar, toser, masticar, bostezar, etc. Esto se debe a los movimientos de la articulación temporomandibular, ya que se encuentra muy cerca de la pared anterior del conducto auditivo externo.
Paso 2
Solo se debe limpiar la propia aurícula, sin tocar, y más aún, sin penetrar directamente en el canal auditivo. El canal auditivo externo es la sección membranoso-cartilaginosa, que se encuentra más cerca de la salida, y el óseo, más profundo en la aurícula, cerca de la membrana timpánica. La piel de la sección cartilaginosa-membranosa contiene las glándulas sebáceas y de azufre, puede crecer pelo en ella. Por lo tanto, el azufre producido en esta sección protege la piel y el canal auditivo mismo de la inflamación y el daño.
Paso 3
El azufre es una secreción natural del cuerpo, no es suciedad. No requiere un lavado a fondo. Si lo limpia con diligencia y con frecuencia, el lugar de transición entre las secciones de la oreja, que es un istmo estrecho, acumulará masas de azufre, se empujarán a través del istmo, directamente al tímpano. Tal "limpieza" diligente solo conducirá al prensado de azufre y la formación de tapones de azufre, para cuya eliminación deberá consultar a un médico.
Paso 4
Basta con lavarse las orejas por dentro y por fuera con agua y jabón cada 2-3 días. Inserte su dedo índice (sin la uña) en su oído, gírelo lentamente, muévalo de lado a lado con una presión suave. Seque la abertura de la oreja con una toalla.
Paso 5
Para hacer más activo el proceso de autolimpieza natural de las partes internas de las aurículas, masajee sus oídos al menos una vez a la semana. Para hacer esto, tire de las aurículas, muévalas hacia arriba y hacia abajo, hacia adelante y hacia atrás, gire el trago de la oreja primero en una dirección, luego en la otra dirección, haga lo mismo con las aurículas.
Paso 6
Para una limpieza suave pero activa de los oídos, se recomienda utilizar una solución de peróxido de hidrógeno débilmente concentrado. Para prepararlo, vierta 1-2 gotas de peróxido de hidrógeno al 3% en una cucharadita de agua. Con una pipeta, agregue 2 gotas en cada oído. Presione las aurículas con las manos durante 5-10 segundos. Enjuague sus oídos. Dicha limpieza se puede realizar no más de 2-3 veces al mes.