Los personajes de cuentos de hadas pueden comprender fácilmente el lenguaje de las plantas y los animales y hablar con ellos. Después de leer historias mágicas, muchos en la infancia soñaron con tal habilidad. Pero el diálogo con animales y flores no solo es posible en los cuentos de hadas. Con la perseverancia adecuada, puede aprender a comprender el lenguaje de las plantas y los animales mediante la telepatía.
Para desarrollar la capacidad de intercambiar pensamientos, necesitará una planta de interior que cuide. Si tiene un favorito en el alféizar de su ventana al que le presta más atención, elíjalo. Para empezar, esta planta será la compañera perfecta para ti.
Pon música agradable que te ayude a relajarte, enciende una lámpara aromática o palos aromáticos que te calmen, siéntate con las piernas cruzadas en el suelo y coloca la maceta frente a ti. Intenta despejar tu mente y no pienses en nada más que en tu interlocutor verde. Cierra los ojos y trata de visualizar la planta en cada detalle. Luego abra y compare la imagen imaginaria con la planta real. Trate de memorizar la mayor cantidad posible de los detalles más pequeños. Reprodúzcalos en su imagen mental. Ahora abre los ojos y superpone una planta imaginaria sobre una real. Ahora tendrás una sutil conexión telepática con tu interlocutor.
Forme el mensaje en su mente que le gustaría enviar a la planta. Respire profundamente y, mientras exhala, envíe su pensamiento. Imagina cómo las palabras salen de tus cejas y van a la flor en un fino hilo.
Ahora viene la parte más difícil del ejercicio. Tienes que escuchar la respuesta de la planta y entenderla. Trate de no pensar en nada, concéntrese completamente en la parte superior de su cabeza y espere una respuesta mental. Vendrá en forma de imagen, un pensamiento repentino que no es típico de ti, o en forma de sensación inesperada. Su mente traducirá automáticamente la respuesta de la planta a un idioma que pueda comprender. Si todo va bien, puede continuar el diálogo con el interlocutor.
Después de terminar su conversación, asegúrese de agradecer a la planta. Ahora está listo para hablar con interlocutores más difíciles: los animales. Proceda de manera similar y podrá entablar un diálogo con cualquier representante de la vida silvestre.