El G8 es una asociación no oficial de gobiernos de países desarrollados, creada con el objetivo de encontrar soluciones conjuntas a problemas económicos y políticos. Incluye Estados Unidos, Canadá, Rusia, Francia, Alemania, Gran Bretaña, Italia y Japón. La "cumbre" suele entenderse como la reunión anual de esta asociación, que tiene lugar en todos los países participantes a su vez.
Este año el encuentro tendrá lugar en la ciudad estadounidense de Camp David, ubicada en Maryland. En la agenda están los temas relacionados con el programa nuclear de Irán, la guerra en Afganistán, el estado de la economía europea, la situación en Siria y Corea del Norte. Cabe destacar que la actual delegación de la Federación de Rusia no estará encabezada por el presidente, sino por el jefe de gobierno, Dmitry Medvedev.
Las opiniones de Rusia sobre cuestiones de seguridad difieren en muchos aspectos de las de otros participantes en la cumbre. En particular, la preocupación de nuestro país se debe al deseo de algunos países de resolver el problema iraní por medios militares. Dmitry Medvedev insistirá en que una operación militar contra Irán desestabilizará la situación en esta región y en todo el mundo, y también afectará negativamente la situación económica mundial. Rusia también considera que las sanciones son ineficaces y ha preparado una serie de sus propias propuestas sobre este tema.
Con respecto a la situación en Siria, se acordó que debe haber algún tipo de transición política a un nuevo nivel. En la reunión, la oficina de representación rusa insistirá en que este proceso satisfaga al máximo las necesidades del pueblo sirio. Dmitry Medvedev también estuvo de acuerdo con la posición de Washington sobre la situación en Corea del Norte. Rusia considera necesario insistir en que este país no viola sus obligaciones internacionales. Si continúan las provocaciones por su parte, los países del G8 aumentarán su aislamiento.
Moscú apoyará los programas de los países que participan en la cumbre para estabilizar la situación económica en los territorios europeos. El Banco Central de la Federación de Rusia tampoco tiene la intención de reducir el volumen de sus reservas monetarias, que se mantienen en moneda europea.
“La economía rusa está estrechamente vinculada a la economía de la UE. En nuestro país, Europa representa casi el cincuenta por ciento de la facturación comercial total. Son números muy grandes, cientos de miles de millones de euros. Por lo tanto, es importante para nosotros lo que sucederá en esta área”, dijo Dmitry Medvedev.