Muchos habitantes, cansados del ajetreo y el bullicio de la vida en la ciudad, sueñan con mudarse a un pueblo. Al mismo tiempo, muchos aldeanos cambiarían con gusto su casa de campo por un apartamento en la ciudad. En las disputas sobre si es bueno o malo vivir en el pueblo, no puede haber ganador, ya que todo depende de la situación específica.
Las ventajas de vivir en el campo
La principal ventaja de la vida en el campo es, por supuesto, la cercanía a la naturaleza. Aire limpio, un río, un bosque, la capacidad de cultivar productos naturales: esto es lo que atrae a los residentes urbanos al pueblo.
Un punto importante es la tranquilidad de la vida del pueblo, su regularidad. Cansados del bullicio interminable de la ciudad, los atascos y el estrés, la gente del pueblo lucha por la paz y la tranquilidad. Es realmente genial despertarse por la mañana no por el ruido de los coches fuera de la ventana, sino por el canto de los pájaros. Tenga la oportunidad de caminar por el bosque, sentarse con una caña de pescar junto al río.
Una de las características más importantes de la vida del pueblo es la ausencia de muchas situaciones estresantes familiares para la gente del pueblo. La vida del pueblo es mucho más tranquila, por lo tanto, si se organiza adecuadamente, promueve la salud y la longevidad.
Desventajas de la vida del pueblo
Las imperfecciones rústicas son bastante tradicionales. En primer lugar, estos son problemas de la vida cotidiana. No todas las casas de las aldeas tienen gas y agua corriente; el voltaje en la red eléctrica a menudo no resiste las críticas. Carreteras en mal estado, salarios bajos, precios altos de alimentos y productos manufacturados: todo esto aleja a muchas personas del pueblo.
Algunas ventajas también resultan ser sus desventajas. Sí, en el pueblo se pueden comer productos naturales que no contienen ningún químico. Pero necesitan crecer, y esto también es un trabajo constante.
Creación de comodidad
Entonces, ¿puedes sentir la satisfacción de vivir en el campo? Sí, pero requiere algo de esfuerzo. En primer lugar, es necesario establecer una vida normal, esto es factible incluso en ausencia de suministro de gas, suministro de agua centralizado y alcantarillado. Por ejemplo, no es tan difícil hacer un calentamiento normal de agua caliente con radiadores y una caldera de carbón.
No hay problemas con el suministro de agua: basta con instalar una bomba en un pozo o un pozo, montar un acumulador hidráulico y un equipo de control. Todo esto es bastante económico, la instalación está al alcance incluso de un lego. Incluso las lavadoras y lavavajillas modernas funcionan muy bien con este tipo de suministro de agua.
El alcantarillado no es difícil de hacer, también se vende todo el equipo necesario para esto. Los problemas con las caídas de voltaje, si las hubiera, se pueden resolver instalando un potente estabilizador. El resultado es un nivel de confort indistinguible del urbano.
Fuentes de ingresos
Uno de los problemas más difíciles del pueblo es encontrar una fuente de ingresos normal. Trabajar en una granja estatal o colectiva, por regla general, no aporta dinero normal ni satisfacción moral. La mejor opción es trabajar por ti mismo. Pero el trabajo debe ser tal que produzca alegría y deje tiempo para descansar. Por ejemplo, puede mantener un colmenar, esta es una de las opciones más exitosas. Pero el engorde de cerdos o toros no solo es mucho más laborioso, sino también mucho menos estético.
Hay otras opciones tambien. Casi todas las aldeas tienen ahora Internet, lo que significa que existe la oportunidad de ganar dinero. Los programadores, los creadores de sitios web y muchos otros especialistas pueden vivir bien en la aldea y ganar dinero en línea. Al mismo tiempo, tendrán tiempo para organizar una parcela personal, cultivar un pequeño huerto, cuidar pequeños animales domésticos: pollos, patos, etc.
La experiencia de muchas personas sugiere que puede ser maravilloso vivir en un pueblo. Además, después de varios años de vida en la aldea, es poco probable que una persona quiera regresar a la ciudad. ¿Por qué? La respuesta es muy simple: ¡es mejor en el pueblo!