Casi la mitad de los habitantes de nuestro planeta no sonríen los lunes hasta las 11 de la mañana, así lo demuestran los estudios sociológicos. Sin embargo, el lunes no es solo un día “triste”, el primer día de la semana el 50% de los empleados llegan tarde al trabajo y la productividad dura solo 3, 5-4 horas.
Lunes desde el punto de vista de los científicos
El síndrome del lunes afecta a personas en el rango de edad de 45 a 54 años. Los somnólogos citan una cadena simple de alteraciones del biorritmo, si una persona se despierta habitualmente a las 6 de la mañana y los fines de semana se permite dormir hasta las 12, luego semanalmente cambia sus zonas horarias hacia adelante y luego nuevamente 6 horas hacia atrás. El resultado no tardará en llegar: somnolencia, mal humor y un deseo interminable de quejarse. La gente pierde alrededor de una hora y media en sus propias quejas y reclamos el lunes por la mañana, mientras que en otros días solo toma un cuarto de hora para "quejarse".
Los científicos, a su vez, confirmaron la hipótesis de que cuando se altera el biorritmo, el cerebro trabaja dos veces más lento, por lo que las tres primeras horas de trabajo son sumamente difíciles de concentrar y elegir un vector de actividad no solo durante toda una semana, sino también por un día.
Magia del lunes
El lunes es el día de la luna, que durante mucho tiempo se ha considerado el benefactor de la brujería y la magia. El miedo a caer bajo la influencia de espíritus malignos obligó a nuestros antepasados a posponer nuevos negocios y viajes para otros días. ¿Que más queda por hacer? Haga del primer día de la semana un día de planificación.
Lucha con el enemigo
El despertar temprano ayudará a superar la "enfermedad" del lunes. Para algunos, esto puede parecer un veredicto, pero su cuerpo apreciará la oportunidad de sumergirse un poco en la cama con gratitud. Levantarse de la cama de forma brusca desencadena la liberación de una gran cantidad de adrenalina, que, a su vez, despierta la agresión y el nerviosismo. Agregue 20-30 minutos a su rutina matutina habitual para "encender" el cuerpo.
Entrénate para realizar los procedimientos matutinos "en la máquina" y no sobrecargues tu cerebro con reflejos innecesarios. Un requisito previo es un buen desayuno. Evite comer alimentos azucarados y demasiado grasos. Una gran cantidad de carbohidratos no te permitirá ingerir lo suficiente y después de un par de horas surgirá en tu cabeza la idea de un refrigerio.
El ritual que elijas te ayudará a involucrarte en el trabajo, por ejemplo, limpiando papeles innecesarios de la mesa, saludando a tus compañeros y tomando una taza de té. Reserva un cuarto de hora para priorizar el día. Y en cualquier caso, no te desvíes de tu plan, esto te ayudará a conseguir al menos la productividad mínima del primer día.
El lunes no debería ser una caída de un barco al océano para usted, lo que requiere un viaje largo y duro. Es mejor si puede organizar un inicio suave.