En el vocabulario cotidiano, se ha acumulado una cantidad tan grande de préstamos de otros idiomas que no siempre es exitoso comprender sus significados. Algunos de estos significados son "de facto" y "de jure".
Las expresiones "de facto" y "de jure" se utilizan principalmente en el vocabulario jurídico, así como para aclarar en qué medida las leyes o actitudes adoptadas son legítimas en la sociedad. A menudo se utilizan en el entorno político.
¿Qué es "de facto"
Traducido del latín "de facto" significa que una determinada acción tiene lugar "de hecho", "de hecho". También puede significar una simple calificación "en principio" o "en la práctica". En estos significados, el uso de la expresión está permitido incluso en el habla cotidiana para brillar con inteligencia y conocimiento del latín. Pero en la práctica legal, "de facto" tiene un significado más definido y preciso. De esta forma, se señalan actitudes o acciones que existen y se aplican en la práctica, pero que no están oficialmente legalizadas. Por ejemplo, de facto hay comercio en este lugar, pero no hay permisos para ello, lo que podría demostrar que esta acción es legítima.
"De facto" no tiene por qué estar vinculado únicamente al desempeño legal, esta expresión puede afectar las normas o regulaciones ordinarias. Digamos que las instrucciones dicen acerca de un conjunto de funciones del dispositivo, pero de facto se presenta completamente diferente.
Cómo se aplica "de jure"
El término "de jure" significa "legalmente" o "de acuerdo con la ley". A diferencia de la expresión "de facto", que se puede utilizar en el habla ordinaria, "de jure" casi siempre es utilizada exclusivamente por abogados o políticos, es decir, aquellos que están directamente relacionados con la ley. Si una norma o ley se establece oficialmente, su implementación se denomina "de jure". También existe una práctica cuando una acción pasa de ser "de facto" a "de jure", es decir, una acción o norma que antes no era oficial se ha legalizado en el papel.
Los conceptos de "de facto" y "de jure" a menudo se oponen entre sí. De hecho, en lo que respecta a la legalidad y la situación fáctica, tal oposición es permisible. Suele ocurrir que una decisión se toma y ejecuta fuera del cumplimiento de los fundamentos legales, es decir, solo se lleva a cabo “de facto”. También se conoce la situación contraria, cuando las decisiones adoptadas "de jure" no encuentran su materialización en la práctica, no son respetadas por la población. Sin embargo, no se puede argumentar que estas dos expresiones sean antónimos. Después de todo, hay situaciones en las que se respeta tanto la legalidad como la acción en sí, es decir, hay una combinación de "de facto" y "de jure".