El monólogo se usa en la ficción y en el habla. Los monólogos suenan en forma de informes científicos, discursos comerciales y políticos, escuchamos monólogos humorísticos de los artistas escénicos.
Instrucciones
Paso 1
Para mejorar y desarrollar tu discurso, aprende los poemas o pasajes que más te gusten. Si te encuentras con un libro o cuento escrito en un estilo que te interese, intenta imitar al autor de este texto en tu monólogo, así descubrirás qué tipo de discurso es el adecuado para tu situación. Intente corregir mentalmente los errores del discurso del interlocutor, en este caso, definitivamente no los permitirá en su monólogo. Haz lo mismo con cartas, mensajes o textos
Paso 2
Si encuentra una nota o un artículo mal escrito en el periódico, intente cambiarlo por uno más alfabetizado e interesante. Cuando sepa que está listo para escribir su monólogo, comience a crearlo. Vuelva a leerlo, corrija los errores y las deficiencias, si las hubiera. En el caso de que haya errores en el texto, pero no sepa cómo solucionarlos, posponga su monólogo varios días. Vuelva a leerlo, pero con una mirada fresca, es posible que se le ocurran nuevas ideas para cambiar el texto
Paso 3
Lea su monólogo a amigos y familiares. Quizás te digan lo que está mal en el texto o, por el contrario, elogiarán el artículo. Trabaja en tu dicción, incluso si escribes un texto interesante, pero se leerá indistintamente, todo tu trabajo perderá su significado. Lleve unos caramelos a la boca e intente leer el monólogo con claridad. Tu discurso debe ser fuerte. Si vive cerca del mar, intente leer su monólogo en la playa por la noche o tarde por la noche, tratando de gritar el sonido de las olas.
Paso 4
Cuando suba una colina empinada, intente decir en voz alta el texto del monólogo. Este ejercicio también entrena la claridad de la pronunciación. Vea oradores profesionales como predicadores, guías turísticos, etc. Grabe su discurso en una grabadora de voz y escúchelo. Podrá saber mejor qué es exactamente lo que está mal en su dicción y monólogo. Utilice el método antiguo y probado de dar una conferencia frente a un espejo. Con este ejercicio, mejorará no solo su habla, sino también las expresiones faciales y los gestos.