Es difícil sobreestimar la importancia del agua en la vida humana, porque es ella quien es la fuente de energía, asegurando el funcionamiento normal de todos los sistemas del cuerpo. Hoy se ha comprobado que es el agua, no los alimentos, lo que permite la generación de energía hidroeléctrica.
Según los expertos, el cuerpo humano necesita hasta diez litros de agua al día para digerir los alimentos. Aproximadamente tres litros de líquido se excretan en la orina, a través de la piel y los pulmones. Pero esta cifra es condicional y puede variar según las condiciones externas.
Por ejemplo, con un esfuerzo físico intenso, practicar deportes, ir a una casa de baños, un aumento de la temperatura corporal y el medio ambiente, aumenta la necesidad de agua.
Dependiendo de lo que coma, el contenido calórico de los alimentos y la cantidad de proteínas que contengan, la cantidad de agua consumida también depende. Existe la misma dependencia de la edad y la actividad física de una persona. El cuerpo, al perder agua, requiere su compensación.
Es difícil imaginar a una persona que pueda beber regularmente hasta diez litros de agua al día. Sí, esto no es necesario, porque aproximadamente la mitad de la cantidad requerida está contenida en todos los productos alimenticios.
Las opiniones de los médicos sobre la cantidad ideal de agua para el consumo humano por día difieren: algunos recomiendan beber no más de un litro y medio, excluyendo la ingesta de alimentos, y otros, al menos dos litros. Se ha demostrado empíricamente que las personas tienen más probabilidades de beber menos que de beber demasiado. En cualquier caso, el propio cuerpo te dirá cuánto necesitas.
La falta de agua puede provocar alteraciones en los procesos de digestión y formación de sangre. Es muy importante observar la norma de agua potable para mujeres. Debido a sus características fisiológicas, el sistema urinario debe lavarse a fondo para evitar el riesgo de inflamación de la vejiga. La falta de líquido hace que la piel se vuelva opaca, flácida, los músculos débiles, la atención disminuye, se producen distracciones, dolores de cabeza, estreñimiento.
Saber cómo y cuándo beber agua es importante para mantenerse saludable. Es mejor consumirlo entre comidas y media hora antes de las comidas. Después de una comida, es aconsejable no beber durante al menos una hora. La pérdida y la falta de reposición de los suministros de agua pueden provocar sed e incluso provocar alucinaciones y la muerte.
En verano, en el calor, es mejor beber agua limpia, infusiones de hierbas e infusiones de vitaminas de los escaramujos. Las enfermedades con aumento de temperatura también deshidratan el cuerpo, por lo que el agua, los jugos, las bebidas de frutas, las compotas contribuyen a la eliminación de toxinas. Se recomienda beber agua durante el día en pequeñas porciones de 3-4 sorbos. No tengas miedo de beber más, todo el exceso vendrá de forma natural.