Rusia, junto con China, cuestionó el futuro de la misión de la ONU en Siria al vetar la tercera resolución consecutiva del Consejo de Seguridad. A diferencia de los bloqueados, nuestro país propuso su propia resolución permitiendo a la misión continuar su trabajo en otras condiciones, pero Washington se negó a apoyarla.
Los países occidentales y Rusia comparten una serie de problemas. Primero, si aplicar sanciones contra el régimen de Bashar Assad, el presidente de Siria. En segundo lugar, las partes no pueden ponerse de acuerdo sobre el formato de la presencia de observadores durante la guerra civil. Rusia y China creen que un grupo de especialistas civiles y militares debería vigilar el alto el fuego y realizar investigaciones independientes sobre los casos de violaciones de derechos humanos. Además, Rusia quiere incluir hasta 30 de su personal militar en la misión en Siria. Se les promete ser oficiales de enlace, observadores militares y oficiales de estado mayor.
La posición de Estados Unidos y Occidente se basa en una revisión radical de los objetivos de la misión. Los líderes occidentales quieren volver a capacitar a los miembros de la misión como negociadores y ayudar a Assad y sus oponentes a iniciar conversaciones de paz. Como ayuda a estos negociadores, esperan ejercer cierta presión sobre el presidente de Siria para acelerar el fin del derramamiento de sangre. Una de las condiciones impuestas a Assad es la retirada de artillería y equipo pesado de los asentamientos.
La última resolución, bloqueada por Rusia y propuesta por los países occidentales, contenía las demandas para poner fin a la guerra bajo la amenaza de sanciones. El Consejo de Seguridad de la ONU, por resolución, le dio a Assad un período de diez días para abandonar los asentamientos y, en caso de no hacerlo, prometió imponer sanciones diplomáticas y económicas. Al mismo tiempo, la resolución no excluyó el uso de la fuerza militar. Fue la última posición que no gustó a los representantes de Rusia y China. En opinión de nuestros colegas chinos, la presión sobre solo uno de los beligerantes agravará la crisis y la extenderá más allá de Siria.
Al final, la posición de principio adoptada por Rusia y China sobre este tema fue aprobada por el Consejo de Seguridad, y se acordó un texto de la resolución generalmente aceptado, llamando a negociaciones de paz por ambas partes. Este enfoque conviene a ambas partes y permitirá llegar a un acuerdo sobre la ampliación de la misión de observación de la ONU en Siria.