El mundo que nos rodea puede ser diferente; tanto la comedia como la tragedia se mezclan en él de la manera más fantástica. Y solo la persona depende de su percepción. Desde la antigüedad lejana llegó la comprensión de la percepción estética del medio ambiente, y las comedias de la Antigua Roma jugaron un papel importante en esto.
La vida podría haber sido una pesadilla sin fin si no fuera graciosa. Evidentemente, esta regla fue guiada por el poeta y comediante romano Titus Maccius Plautus. A menudo, utilizando las ya conocidas tramas de las comedias griegas antiguas en sus comedias, las decoró de manera brillante con detalles cotidianos modernos y un humor de soldado crudo.
Por supuesto, su obra no pretendía ser la atención de la alta sociedad, pero para el público masivo, las comedias de Plauto se convirtieron en esa salida necesaria, sin la cual es tan difícil sobrevivir en cualquier sociedad.
Recurrir a las comedias de Plauto para comprender y posiblemente recrear el ambiente cultural de la vida cotidiana de los romanos, permite percibir con mayor nitidez la estética del sabor romano, que refleja precisamente la cultura romana.
Plauto sin duda tuvo en cuenta las asociaciones cotidianas muy específicas de su audiencia, incluso confió en reconocer los prototipos de vida de sus personajes.
Está claro que los personajes y situaciones de la "comedia de manto" estaban cerca del público romano también porque fue en esta época cuando la realidad romana en muchos aspectos ya correspondía a la imagen del mundo helenístico.
Muy a menudo, la comedia como categoría estética es muy contradictoria y actúa como contrapeso a la tragedia. Así, el cómic es el resultado de un cierto enfrentamiento.
Si partimos de la opinión de los filósofos prominentes Kant, Schopenhauer, Hegel, entonces es fácil llegar a la conclusión de que en cualquier contradicción cómica hay dos principios inicialmente opuestos, y lo que al principio parecía positivo eventualmente cambia de signo al opuesto.
El hecho de que la comedia evoca la risa es bastante comprensible, solo que esta risa tiene el potencial positivo más fuerte, le permite erradicar en gran medida las deficiencias que rodean al espectador y crear un nuevo sistema de relaciones.
Para crear situaciones divertidas, el mismo Plauto, y después de él, y William Shakespeare, que lo reemplazó, utilizaron ampliamente todo tipo de contradicciones, sustituciones y confusiones. Además, la situación de la risa, por regla general, se basaba en la contradicción entre orden y caos.
La estética de la risa en sí contiene diversas situaciones de vergüenza, cierta falta de sentido, cierta destructividad. Pero estas son solo manifestaciones externas, en la esencia profunda de la estética de la risa lleva una carga positiva y obliga a la persona a buscar la salida óptima.