Trabajar con redes y aparatos eléctricos requiere mayor atención y precauciones de seguridad. Si descuida las reglas de seguridad elementales, es muy posible que reciba una descarga eléctrica muy sensible. La descarga eléctrica afecta el estado de salud y la mayoría de las veces no pasa sin dejar un rastro en el cuerpo. Y en algunos casos, las descargas eléctricas pueden ser fatales.
Signos y efectos de una descarga eléctrica
La descarga eléctrica en casi todos los casos se acompaña de síntomas característicos y signos externos, que están determinados en gran medida por el camino por el que pasó la corriente, así como por su fuerza. Una persona que se electrocuta a menudo experimenta sensaciones dolorosas en el lugar donde la fuente de corriente toca el cuerpo. A menudo, aparece una quemadura o una mancha redondeada en el cuerpo, que se eleva ligeramente por encima de la superficie de la piel.
Después de una descarga eléctrica leve, la persona generalmente se siente bastante bien. Es posible que se presenten mareos, náuseas y dolores de cabeza. Algunos tienen fotofobia y chispas en los ojos. Si la lesión es lo suficientemente grave, una descarga eléctrica puede provocar la pérdida del conocimiento, deterioro de la función cardíaca y disminución de la sensibilidad al dolor y la temperatura. Después de volver a la conciencia, se puede observar la excitación del habla.
Una descarga eléctrica especialmente fuerte puede interrumpir la respiración, hasta que se detenga por completo. Como regla general, la respiración se restablece cuando se interrumpe el contacto con la fuente de corriente.
En medicina, hay casos de las llamadas lesiones eléctricas crónicas. Suelen ser obtenidos por quienes durante mucho tiempo trabajan directamente con fuentes de corriente, por ejemplo, con transformadores o generadores. Estas lesiones provocan alteraciones en las funciones de percepción, memoria y sueño. Una persona con una lesión eléctrica crónica tiene más probabilidades de experimentar una fatiga rápida.
Gravedad de las lesiones eléctricas
Hay cuatro grados de gravedad de las lesiones sufridas por descargas eléctricas. El traumatismo de primer grado conduce a una contracción convulsiva muscular sin pérdida del conocimiento. En caso de trauma de segundo grado, se agrega una pérdida de conciencia a corto plazo a los síntomas descritos sin interrumpir el trabajo del sistema cardiovascular. Suele conservarse la respiración.
El trauma de tercer grado conduce a convulsiones graves, acompañadas de pérdida del conocimiento, mal funcionamiento del corazón y los órganos respiratorios. El último, cuarto grado de descarga eléctrica conduce a la muerte clínica.
En todos los casos, el primer paso es interrumpir el contacto de la víctima con el conductor de corriente.
Cuando ocurre una descarga eléctrica, el cuerpo experimenta un efecto electroquímico, que a menudo conduce a la necrosis tisular. Son posibles quemaduras térmicas de intensidad variable. La descarga eléctrica también tiene un efecto mecánico: los tejidos corporales pueden exfoliarse, lo que es causado por la sobreexcitación de los músculos y las terminaciones nerviosas.