Ucrania ha sido famosa durante mucho tiempo por los curanderos que reciben sus conocimientos de generación en generación. Los médicos ucranianos ayudan a las personas a curar no solo el cuerpo, sino también el alma, así como a deshacerse de los malos hábitos y mejorar sus vidas.
Tres líderes
Uno de los curanderos ucranianos más populares es Viktor Gromov, que puede ver y sentir la energía humana. Trabaja tanto con órganos internos / externos como con el más complejo sistema de vainas energéticas, problemas con los que conducen al desarrollo de diversas enfermedades. Todos los días, Gromov recibe de 90 a 110 pacientes que acuden a él de toda Ucrania, Rusia y Bielorrusia; sus sesiones de tratamiento son bastante cortas, pero el curandero puede ayudar a mejorar la condición de una persona incluso por poco tiempo.
Personajes famosos como Andrei Malakhov, Tina Kandelaki y Philip Kirkorov acudieron a Viktor Gromov en busca de ayuda.
Otro curandero popular reconocido de Ucrania es Yuriy Zaretsky, que tenía cáncer de médula ósea. El curandero pudo hacer frente a la enfermedad fatal gracias a la medicina tradicional ucraniana y popular, así como a su propio método, según el cual Zaretsky hoy trata a sus pacientes. La curación de Zaretsky ayuda con la esclerosis múltiple, diabetes, oncología, bronquitis, tuberculosis, así como enfermedades de la piel y cardiovasculares.
Anatoly Shevchenko, el primer sanador ucraniano que recibió oficialmente una licencia del Ministerio de Salud en 1991 y el título de experto de la Asociación de Medicina Tradicional de Ucrania, también es conocido en todo el país. Es un destacado científico, especialista en bioterapia y biolocalización, mientras que Shevchenko lleva a cabo actividades de curación junto con un médico profesional.
Cómo no equivocarse al elegir un sanador
Un gran número de curanderos, entre los que la mayoría son charlatanes, ofrecen sus servicios hoy. Para no quedar atrapado en la red de tal charlatán, debe saber que un verdadero curandero: no critica a otros curanderos ni a la medicina oficial, no usa ningún título, no toma dinero por adelantado para el tratamiento.
En primer lugar, cuando se encuentre con un sanador, debe escuchar su intuición: si una persona se siente incómoda con él, debe buscar otro sanador.
Además, un curandero real no garantiza una cura completa para enfermedades graves, no vive en una casa lujosa, no vierte términos científicos y no da la impresión de una persona mentalmente enferma. El dinero siempre se paga al finalizar la sesión; por lo general, un buen sanador no prescribe una cantidad fija, la gente da todo lo que crea conveniente. Sin embargo, lamentablemente hoy en día es muy raro.