La crianza de los hijos juega un papel muy importante en la vida de un niño. Pero se manifiesta no solo en la infancia, sino también en la edad adulta. La crianza de una persona madura no es menos importante que su educación y cualidades profesionales.
La crianza es una consecuencia de la crianza de un niño por los padres y otras personas relacionadas con su familia. En la vida adulta, los buenos modales se consideran comportamientos que corresponden a las normas generalmente aceptadas, la adherencia a las reglas del buen gusto.
Además de los esfuerzos de los padres, cuya participación en la educación juega un papel muy importante, para una verdadera educación, una persona madura debe trabajar en sí misma todos los días. Después de todo, no aparece de la nada y puede cambiar bajo la influencia de diversas circunstancias. Por ejemplo, la situación política en la sociedad, cambios en los valores culturales.
En primer lugar, la buena crianza es un comportamiento cortés y cortés con las personas que te rodean. Es el respeto y la conciencia del valor de cada individuo y de la sociedad en su conjunto. La capacidad de comunicarse con la gente, encontrar un idioma común con representantes de todas las culturas, religiones y otros grupos en diversas situaciones también caracteriza esta cualidad.
Crianza significa conocimiento y estricto cumplimiento de las reglas de etiqueta, cultura de comportamiento. En un sentido más amplio, puede entenderse como la cultura interior de una persona, que se refleja en la cosmovisión. Y esto lleva al hecho de que los buenos modales son una parte integral de la inteligencia.
Esta característica de una persona se manifiesta en sus gestos, expresiones faciales, habla. El habla de una persona educada no está repleta de palabras parasitarias, lenguaje obsceno, sus gestos son tranquilos y confiados, y no desordenados y duros.
Cada acto puede mostrar cuán bien educado prevalece sobre otras cualidades de una persona. Una puerta cerrada frente a un transeúnte a sus espaldas, una mirada de desaprobación hacia los representantes de un grupo social en particular, una declaración dura y una gesticulación violenta debido a un automóvil que bloquea su camino: todas estas pequeñas cosas en su conjunto forman una imagen que contrasta marcadamente con la comprensión de la buena crianza.
Esta cualidad se forma desde la niñez, pero sin el mantenimiento de ideales, se destruye. Por lo tanto, es muy importante que un adulto se cuide, respete a los demás, observe la etiqueta, tenga tacto y sea diplomático. Es decir, vivir en sociedad, teniendo en cuenta las opiniones e intereses de los demás.