En julio de 1969, la nave espacial Apolo 11 fue lanzada desde Cabo Cañaveral para llevar a un hombre a la luna. Los astronautas estadounidenses trajeron a la Tierra 300 kg de suelo, videos y una gran cantidad de fotografías. Parecía que esto era una prueba irrefutable de la presencia de personas en la luna, pero fueron estas imágenes y registros los que se convirtieron en la base de la sospecha de los estadounidenses de falsificar el siglo.
Después de volar durante varios días, el módulo de aterrizaje lunar con astronautas a bordo aterrizó en el Mar de la Tranquilidad. Neil Armstrong y su tripulación entraron por primera vez en la superficie lunar, donde se colocaron la bandera de Estados Unidos y una placa de expedición. Sin embargo, después de un tiempo, los noticiarios y las fotografías comenzaron a causar desconcierto entre los especialistas en diversos campos del conocimiento.
En los primeros fotogramas, Armstrong desciende las escaleras y salta del penúltimo escalón a la superficie de la luna. La atracción en la Luna es 6 veces menor que en la Tierra, por lo que debería haber aterrizado sin problemas en la Luna. Sin embargo, la cámara grabó cómo las piernas del astronauta se doblaron y se sentó pesadamente.
Luego se mostró el metraje en el que los astronautas saltaron. Teniendo en cuenta la baja fuerza de gravedad, los saltos debían ser de al menos varios metros. Pero el mundo entero vio cómo los astronautas apenas despegaban de la superficie entre 20 y 30 cm, como si estuvieran saltando sobre la Tierra.
La bandera estadounidense establecida ondeaba con orgullo cuando los astronautas la pasaban, lo que no podía estar en el vacío debido a la falta de atmósfera en la Luna. Una fotografía muestra una bandera y un astronauta de pie junto a ella, las sombras del astronauta y de la bandera caen en direcciones opuestas, como si estuvieran iluminadas desde diferentes direcciones.
Durante el aterrizaje, un motor de frenado funcionó en el módulo lunar, del cual escaparon gases, que se suponía que dispersaban el polvo lunar y formaban un cráter, pero las imágenes muestran el suelo intacto por el funcionamiento del motor. Además, el costado de la nave no iluminado por el sol, en teoría, debería haber sido absolutamente negro, lo que no se observó en la vida real. Daba la impresión de un pabellón rodando con una multitud de proyectores que iluminaban cada detalle del módulo desde todos los lados.
Las imágenes de vídeo de los viajes "apresurados" de los cosmonautas estadounidenses en los vehículos lunares provocaron una gran desconfianza. El suelo que salió volando de debajo de las ruedas tuvo que viajar decenas de metros y formar una enorme nube de polvo. Pero en el video, las partículas del suelo vuelan a la misma distancia que en la Tierra.
Todas estas y muchas otras inconsistencias han llevado al hecho de que actualmente alrededor del 20% de la población estadounidense no cree que sus compatriotas hayan aterrizado en la superficie lunar, y su número crece cada año.