No solo las personas sino también los animales buscan esconderse de la lluvia de verano lo antes posible. Las aves y los insectos no vuelan en tiempo lluvioso. Sin embargo, si deja la ventana abierta bajo la lluvia, los mosquitos sin duda entrarán en la habitación.
Los mosquitos son insectos relativamente pequeños y de aspecto bastante frágil. Sin embargo, muestran una vitalidad asombrosa y continúan mordiéndonos a pesar de los muchos medios de protección y disuasión. Pero la característica más llamativa de este insecto es su capacidad para volar bajo la lluvia.
Para un mosquito, un impacto directo de una gota de lluvia significa aproximadamente lo mismo que un camión de tres toneladas que cae sobre una persona, es decir, muerte instantánea. Una gota de lluvia común pesa unas 50 veces más que un mosquito, y si golpea a un insecto que se encuentra en una superficie horizontal, lo mata. Y, sin embargo, los mosquitos logran moverse con bastante éxito bajo la lluvia.
Recientemente, en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, apareció un artículo en el que se considera la dinámica de la colisión de una gota de lluvia y un mosquito volador desde el punto de vista de la física. Para comprender los principios básicos de la interacción entre insectos y gotas, los científicos utilizaron una cámara de alta velocidad. El experimento se llevó a cabo en una instalación especial donde se utilizó un rociador con bomba para simular la lluvia.
El tamaño promedio del cuerpo de un mosquito es de 2-3 mm de ancho y alto y alrededor de 7 mm de largo con un peso de 2 miligramos. Una gota de agua pesa 100 miligramos y su diámetro es de 2-3 mm. Teniendo en cuenta la frecuencia media de caída de las gotas de lluvia y su velocidad de unos 9 metros por segundo, podemos concluir que la colisión de un insecto y una gota se producirá una vez cada 20 segundos.
Los científicos pudieron determinar que cuando una gota golpea las patas, el insecto rueda hacia los lados. Si golpea el cuerpo, el mosquito se mueve hacia abajo con la gota durante algún tiempo unos 60 mm y luego lo abandona. Por lo tanto, el insecto puede volar con total seguridad bajo la lluvia. Sin embargo, las fuertes lluvias representan una amenaza mortal para el mosquito, ya que los chorros frecuentes pueden clavarlo en el suelo.
