Las pulgas son insectos que parasitan diversas pieles y pelos de los animales. Lo más habitual para ellos es chupar la sangre de conejos, perros, gatos o ratas. Pero además de esto, representan un peligro para los humanos.
Estos insectos tienen un aparato especial de succión y perforación, gracias al cual la pulga perfora un agujero completamente invisible en la superficie de la piel de su dueño y, por lo tanto, se satura con su sangre.
Signos externos de pulgas
Un insecto se puede reconocer por sus rasgos característicos: un cuerpo liso con una textura estrecha y ligeramente aplanado en los lados. Es necesario prestar atención a la presencia de cerdas y pequeñas espinas ubicadas por todo el cuerpo y necesarias para que el insecto se mueva y permanezca en el pelaje de su víctima.
La cabeza y el pecho de la pulga están ocultos bajo peines dentados llamados ktendia. En tamaño, un adulto alcanza de 1 a 5 milímetros. Y la hembra, que ya ha tenido tiempo de coger bastante, en ocasiones alcanza los 10 milímetros de longitud.
Hay antenas especiales en la cabeza de la pulga, que, si es necesario, se esconden en la fosa de antenas especiales. En el caso de que el insecto salga a cazar, las antenas aparecen para encontrar un punto más vulnerable en la víctima.
La pulga salta con la ayuda de tres pares de patas muy fuertes, que se encuentran en su abdomen. El órgano sensorial, que se encuentra en la parte posterior del cuerpo de la pulga, es necesario para capturar instantáneamente las más leves fluctuaciones en el aire del ambiente.
Hay alrededor de mil especies de estos insectos. Lo más interesante es que esta familia suele carecer de órganos visuales o tener sus manifestaciones más simples.
El estudio de la actividad vital de las pulgas y sus características del organismo ocurre solo con la ayuda de un microscopio. La mayor colección de especímenes se encuentra en el Museo Británico.
Residencia de pulgas
La presencia de una gran cantidad de especies de pulgas se debe a las condiciones climáticas favorables. Se cree que la cantidad de pulgas varía según la temporada. Con el inicio del período frío, su número disminuye ligeramente y, a la inversa, tan pronto como comienza el calor, los insectos comienzan a reproducirse activamente.
Muy a menudo, estos insectos se asientan cerca de los agujeros de los roedores. En las viviendas, se encuentran con mayor frecuencia en pequeñas grietas en el piso, debajo de varias colchas y en lugares muy polvorientos, donde es más difícil para una persona penetrar.
Durante todo el período de su vida, una pulga hembra puede poner alrededor de cuatrocientos huevos. La lucha contra esta desgracia debe comenzar con medidas especiales que puedan detener el proceso de cría de pulgas y neutralizar a los individuos ya nacidos.