Cualquier lluvia que contenga contaminantes (óxidos de nitrógeno, azufre y otros óxidos ácidos) se llama lluvia ácida. Las consecuencias de tal fenómeno meteorológico para el medio ambiente son deplorables: destruyen plantas, privan a los animales de alimentos y contaminan los cuerpos de agua. Una persona también sufre de lluvia ácida, el cuerpo reacciona a la contaminación por la aparición de una serie de enfermedades.
¿Qué es la lluvia ácida?
El agua de lluvia normal tiene una reacción ligeramente ácida, ya que el aire, donde se forman las partículas de humedad, contiene dióxido de carbono. Pero si la atmósfera tiene un mayor contenido de contaminantes emitidos por automóviles, plantas metalúrgicas, centrales eléctricas y otras actividades humanas, entonces el agua reacciona con estos compuestos y su pH disminuye. Contiene ácidos sulfúrico, nitroso, sulfuroso, nítrico y otros. Y al caer al suelo en forma de lluvia, nieve u otro tipo de precipitación (incluida la niebla), estas sustancias interactúan con el medio ambiente y tienen un efecto perjudicial sobre él.
Los efectos de la lluvia ácida
Si se observa lluvia ácida en el área de los cuerpos de agua, sobre ríos, lagos, mares, el agua en ellos también comienza a oxidarse gradualmente, aunque con pequeños impactos resiste activamente los cambios de pH. Pero si las lluvias ácidas ocurren regularmente, entonces esta resistencia disminuye, como resultado, el estado ecológico de los cuerpos de agua se deteriora. Con una alta concentración de ácidos en el agua, las criaturas que viven en ella, la mayoría de las veces insectos, comienzan a morir. Por ejemplo, las moscas noctámbulas no pueden vivir a un pH de más de 5, 5. Los peces son más resistentes a dicha contaminación, pero si los insectos mueren, la cadena alimentaria se interrumpe inevitablemente: por ejemplo, la trucha que se alimenta en estas moscas se enfrenta a la falta de alimento. Como resultado, la cantidad de peces en el embalse también disminuye.
Algunos peces pueden existir en agua ácida, pero no pueden criar crías en ella, lo que también conduce a la muerte de la población.
Si la lluvia ácida cae sobre los bosques, las hojas de los árboles se derrumban y se caen. Muy a menudo, los árboles altos, que se encuentran en nubes ácidas, están expuestos a este efecto. Una ligera precipitación con alta acidez destruye los bosques de manera más lenta e imperceptible: reducen gradualmente la fertilidad del suelo y lo saturan de toxinas, las plantas comienzan a doler y mueren lentamente.
Los coches que contaminan el aire empiezan a sufrirlos: la precipitación ácida destruye sus revestimientos protectores. Tales lluvias no son menos peligrosas para las estructuras hechas por el hombre: los edificios y monumentos hechos de mármol o piedra caliza se corroen literalmente, ya que la calcita se elimina por lavado.
Las rocas de granito y arena son más resistentes a los ácidos.
La lluvia ácida también es un peligro para la salud humana. Exteriormente, no se pueden distinguir, se ven como lluvia ordinaria, no tienen un olor o sabor específico y no provocan sensaciones desagradables en la piel. Puede estar expuesto a ácidos no solo durante la precipitación, sino también al nadar en un río o lago. Esto conduce a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias: asma, bronquitis, sinusitis.