Desde la antigüedad, el agua bendita se ha considerado una panacea para todas las desgracias. No en vano, nadar en el agujero de hielo en la fiesta de la Epifanía del Señor sigue siendo muy popular. Después de todo, fue el río Jordán, en el que Jesucristo fue bautizado, el que ahogó todos los pecados de la humanidad. En la historia, hay casos de curación completa con la ayuda de agua bendita. Además, se suele utilizar para consagrar apartamentos. Básicamente, los creyentes tratan de recolectar el agua que bendijeron durante la Gran Consagración. Se produce dos veces al año: la víspera y el día de la Epifanía, es decir, del 18 al 19 de enero. Sin embargo, también puede ordenar un servicio especial de oración, durante el cual el sacerdote también puede consagrar agua, generalmente esta acción se llama "pequeña consagración de agua". Pero aquellos que, por alguna razón, no pueden entrar a la iglesia, pueden consagrar el agua sin salir de sus hogares.
Necesario
Para consagrar el agua en casa, necesitará una lata de agua de tres litros, así como fe incondicional
Instrucciones
Paso 1
Llene un recipiente de 3 litros con agua corriente y déjelo reposar un rato.
Paso 2
A continuación, lea las Oraciones Divinas sobre él. Un ejemplo de tal oración puede ser la de la mañana: “Señor Jesucristo, Hijo de Dios, oraciones por tu Madre Pura y todos los santos, ten piedad de nosotros. Amén.
Gloria a Ti, Dios nuestro, gloria a Ti.
Finalmente, cruce la jarra de agua tres veces.
Paso 3
Luego di una oración especial por la consagración del agua. Su texto se reproduce a continuación:
"¡Gran Dios, haz milagros, son innumerables! Ven a tu siervo orante, Maestro: come tu Espíritu Santo y santifica esta agua, y dale la gracia de la liberación y la bendición del Jordán: crea una fuente de incorrupción, un don de santificación, permiso por el pecado, curación de dolencias, destrucción por el demonio, inaccesible a las fuerzas opuestas, cumpliré la fortaleza angelical: como si todo el que extraiga y reciba de ella tuviese para limpiar el alma y el cuerpo, para sanar con daño para cambiar las pasiones, para la remisión de los pecados, para ahuyentar todo mal, para rociar y santificar las casas Y si algo en la casa o en el lugar de los que viven fielmente, esta agua rociará, que toda inmundicia sea lavada, puede aliviar de todo daño, debajo puede haber un espíritu destructivo, debajo del aire dañino, que todos los sueños y calumnias huyan del enemigo que lo cubre, y si hay algo, un erizo, o envidia la salud de los vivos, o la paz, puede se reflejará rociando esta agua. Hijo y Espíritu Santo, ahora y por los siglos de los siglos. Amén."