El ámbar es una de las piedras preciosas más antiguas utilizadas por el hombre y ha gozado de una popularidad inalterable durante más de mil años. Muy a menudo en los estantes de las tiendas puedes encontrar sus imitaciones y hábiles falsificaciones. La forma más confiable de probar la naturalidad de una piedra es la espectroscopia infrarroja. Los consumidores comunes solo pueden utilizar métodos "populares".
Instrucciones
Paso 1
Coloque una gota de acetona o alcohol sobre la piedra. Si queda una mancha en la superficie o se vuelve pegajosa, significa que hay una excavación frente a usted: ámbar "joven" no persistente, que se puede extraer de la resina de los árboles modernos. No deje la acetona en la piedra durante más de tres segundos, para que el ámbar no se enturbie por la exposición prolongada a la química.
Paso 2
Virutas o virutas de color ámbar claro. Debe oler un aroma agradable, algo así como el aroma del incienso de la iglesia. Un análogo artificial del ámbar exudará el olor a goma quemada, acompañado de humo oscuro. Pasa un cuchillo no afilado sobre la superficie de la piedra. Se rociarán pequeñas migas de virutas naturales y remolinos de imitación.
Paso 3
Vierta un vaso de agua, agregue 3 cucharadas de sal y baje un trozo de ámbar al fondo. La piedra natural debe flotar hacia la superficie. No olvide enjuagar la piedra con agua después de esto para que no se forme una costra de sal.
Paso 4
Frote la piedra para transferirle una carga negativa. Si en este estado no muestra ni siquiera una ligera electrificación, entonces está sosteniendo una falsificación en sus manos.
Paso 5
Coloque el ámbar bajo luz ultravioleta. Bajo su influencia, la piedra natural brillará con un color azulado. El color blanco lechoso es característico de piedras artificiales como el ambroide y el copal. Las imitaciones sintéticas tendrán cualquier otro tono.
Paso 6
Examine las inclusiones (inclusiones) presentes en la piedra, prestando especial atención al insecto congelado en ella. Hay que abrir las alas de los escarabajos y las moscas prehistóricas, lo que es un signo de la lucha por la vida de los insectos ancestrales clavados en la resina. Al hacer falsificaciones, los insectos ya muertos se colocan dentro de la piedra, llenándolos de plástico.
Preste atención al tipo de insecto: teniendo incluso un conocimiento muy superficial de entomología, puede determinar uno que no pudo ingresar a la piedra debido a la edad, el hábitat y la apariencia inadecuados.