Después de haber picado a una persona, la abeja muere y, por lo tanto, estos insectos, a diferencia de las avispas, usan su picadura solo en casos extremos. Muy a menudo, las personas tienen que lidiar con las picaduras de abejas melíferas.
Según las observaciones de científicos y apicultores experimentados, muchos tipos de abejas pican solo en los casos más extremos y casi nunca atacan sin razón. Estos insectos atacan a una persona solo si la ven como una amenaza. En particular, estamos hablando de proteger la colmena o la miel, por lo que los profesionales nunca trabajan en un colmenar sin llevar un traje de protección especial. Además, paradójicamente, una abeja puede picar a una persona si quiere protegerse. Esto significa que si aprieta el insecto en su mano, lo más probable es que le dé una picadura dolorosa.
Hay una serie de razones no obvias por las que las abejas pueden picar. Por ejemplo, estos insectos no soportan los olores fuertes. En especial, no les gusta el olor fuerte del perfume, aunque también pueden reaccionar al olor a sudor. Las abejas pican a las personas con ropa oscura mucho más a menudo que con ropa clara. Se desconoce por qué sucede esto, sin embargo, para protegerse, los apicultores usan un traje protector ligero para trabajar con las colmenas.
El olor a humo también puede hacer que las abejas ataquen a las personas. Los científicos creen que esta reacción se debe a un instinto especial que asocia el olor a humo con los incendios forestales que destruyen la miel y las viviendas de los insectos. El objetivo de las abejas en este caso es recolectar miel lo más rápido posible y volar a un lugar seguro, y cualquier criatura que se interponga en su camino se percibe como una amenaza que debe ser eliminada. También es importante tener en cuenta que las abejas reaccionan de forma agresiva a su propio veneno. Esto significa que si ha sido picado por al menos una abeja, los otros insectos lo sentirán inmediatamente y también pueden atacarle.
La agresividad de las abejas depende directamente de su raza. Por ejemplo, los Cárpatos se consideran los más tranquilos. Rara vez atacan a las personas y no siempre se defienden, incluso en caso de una amenaza grave. Las abejas del centro de Rusia y del Cáucaso son mucho más agresivas. Algunos de estos insectos en casos especiales pueden incluso picar a una persona sin motivo aparente.
