El nombre de la antigua reina egipcia Cleopatra ha sido sinónimo de belleza durante más de un milenio, y los secretos, gracias a los cuales se mantuvo hermosa y deseable, excitan las mentes de muchas mujeres. Después de todo, su cabello siempre fue suave y brillante, y su piel era suave y aterciopelada.
Apariencia y personalidad de Cleopatra
Para ser justos, cabe señalar que la belleza de Cleopatra se considera muy cuestionable. Sobre la base de numerosas excavaciones, análisis de imágenes antiguas y según los recuerdos sobrevivientes de sus contemporáneos, se puede concluir que la reina era baja, algo regordeta, tenía una nariz larga y jorobada, labios finos y un mentón muy saliente.
Y a pesar de esto, Cleopatra era muy deseable. Este hecho se explica de manera bastante simple: se observó cuidadosamente a sí misma, a veces usando los ingredientes más exóticos para esto: estiércol de cocodrilo, polvo de conchas de caracol y oro de pétalos africanos.
Sus retoques cosméticos dieron resultados fantásticos. A pesar del clima cálido y seco de Egipto, la piel de la reina siempre fue tersa y firme, su cabello brillaba y su cuerpo exudaba aromas dulces.
Baños de leche de Cleopatra
El principal secreto de belleza de Cleopatra son sus legendarios baños de leche y miel. Realizaba este procedimiento todos los días, utilizando para ella leche fresca de burros jóvenes.
En el antiguo Egipto, se creía que la leche de burra retiene la juventud y cura muchas enfermedades. Hoy en día, los científicos pueden decir con certeza por qué la leche de burra es tan única. Los estudios han demostrado que las proteínas que contiene ayudan a la piel a producir colágeno, que es responsable de la elasticidad. Además, contiene antioxidantes que también inhiben el proceso de envejecimiento. Pero los beneficios de la leche de burra tampoco terminan ahí. Incluso fresco, tiene un efecto beneficioso sobre el sistema digestivo humano, siendo mucho más eficaz que la vaca. Pero Cleopatra era partidaria de los productos lácteos fermentados. La reina gozaba de excelente salud. Según fuentes históricas, logró mantener un sonrojo fresco hasta su muerte. Así que Cleopatra tenía razón: la leche de burra es una especie de "elixir de belleza y salud".
Según datos históricos, incluso mientras viajaba, la reina no se negó a sí misma este placer de tomar su baño de leche favorito. Varios burros siempre fueron conducidos detrás de su carro.
A estos baños se les añadió miel fragante de Alejandría y, según algunas fuentes, aceite de almendras. El agua nunca se calentó, para no quemar la piel sensible del gobernante. La temperatura del baño siempre ha rondado los 36-37 grados.
Antes del baño de leche y miel, los esclavos frotaron el cuerpo de Cleopatra con una mezcla de sal marina y crema espesa, que también se preparó con leche de burra. Esto realzó el efecto milagroso del baño, suavizando la piel de la reina y dándole un hermoso tono.
Cuidando la piel del cuerpo, Cleopatra no se olvidó de la piel de su rostro. Fue de debajo de su mano ligera que aparecieron las máscaras hechas de leche y miel, que ahora son tan queridas por muchas del sexo bello. Cleopatra sabía perfectamente bien que la miel y la leche son universales y aptas para absolutamente cualquier piel. Estas máscaras fueron preparadas para ella con la misma leche fresca de burra.
Los aromas de la leche y la miel en las enseñanzas esotéricas se asociaron con la juventud y la frescura. Estos olores, que seguían a la legendaria mujer en un tren, reforzaron la impresión de la belleza de Cleopatra entre quienes la rodeaban.