El tsunami es una de las fuerzas naturales más terribles y destructivas de la naturaleza. Esta palabra japonesa significa "gran ola". Durante los últimos cien años, cientos de miles de personas han muerto y desaparecido por el impacto de olas gigantes. El tsunami más devastador ocurrió en 2004 en el Océano Índico. Si la gente supiera cómo predecir el elemento que se aproxima y qué hacer si la ola ya está llegando, podría haber muchas menos víctimas.
Las más propensas a los tsunamis son las áreas costeras ubicadas muy cerca de las juntas de las placas litosféricas. En primer lugar, esta es la costa de Japón, Perú, Sakhalin, India, Australia y Madagascar. La mayoría de los tsunamis son consecuencia de terremotos submarinos de diversas amplitudes. Su fuerza se mide en puntos. Cuanto más fuerte es el terremoto, más poderoso y destructivo es el tsunami. Por tanto, los primeros presagios de un tsunami son los temblores. Pueden ser débiles, que solo se registran con sismógrafos, o fuertes, que las personas sienten. La tarea de los sismólogos es advertir a la población sobre los temblores y sus posibles consecuencias. Al recibir una advertencia, debe evacuar las áreas costeras de inmediato. Dispondrá de poco tiempo: desde varias horas hasta varias decenas de minutos.
Tsunami se mueve con tremenda velocidad, barriendo todo a su paso, enterrando grandes extensiones de tierra. Esta ola es capaz de cambiar la forma de islas y continentes. El terremoto transfiere toda su energía al agua. Bajo la influencia de esta energía se desplazan enormes masas de agua y se forma una ola, que no supone un peligro para quienes se encuentran en mar abierto, lejos de la costa. Y solo acercándose a la costa, el tsunami gana fuerza, se concentra y se derrama sobre la tierra con todas sus fuerzas. Pero antes de eso, hay un fuerte reflujo. El mar puede retroceder decenas e incluso cientos de metros. Esta es la segunda señal, especialmente clara, de un tsunami inminente. Además, cuanta más agua salga, más alta y más fuerte será la ola del tsunami. Si ves tal efecto, en ningún caso no recolectes conchas o peces, tomes fotos o videos, sueltes todo y corras lo más rápido posible y lo más lejos posible de la orilla a una colina.
Unos minutos antes de que la ola golpee la orilla, el zumbido aumenta, el viento se eleva, se puede ver la ola. En este caso, moverse en automóvil puede no acelerar, sino complicar la evacuación. En los atascos, perderá mucho tiempo precioso. Por tanto, tendrás que salvarte a pie, llevándote solo lo más necesario: un medio de comunicación y documentos, y también te servirá si tienes un chaleco salvavidas a mano. Si no puede regresar a una distancia segura y subir una colina, suba los techos de edificios altos y fuertes o trepe a los árboles más altos y poderosos. No se relaje después de la primera ola, puede ser seguida por varias aún más fuertes. El tsunami "saliente" no es menos peligroso. Habiendo salpicado a la orilla, el agua vuelve al mar, llevándose una monstruosa mezcla de barro, piedras, edificios destruidos, coches y árboles. Por lo tanto, puede salir de su refugio solo cuando se realice la notificación correspondiente.