Los ascensores, que se han convertido en un atributo indispensable de los edificios modernos de gran altura, han pasado por una historia centenaria en su desarrollo. Incluso en la antigüedad, las personas comenzaron a utilizar mecanismos de elevación que facilitan el trabajo, ayudando a levantar cargas a una altura considerable. Los ascensores modernos se han vuelto más confiables y cómodos.
¿Cuándo aparecieron los primeros ascensores?
Los primeros dispositivos diseñados para levantar cargas a una altura, aparentemente, aparecieron en el Antiguo Egipto, donde se utilizaron en la construcción de pirámides. Los constructores de estas majestuosas estructuras con la ayuda de simples mecanismos pudieron levantar cantos rodados de un peso suficientemente grande. Estos dispositivos pueden considerarse el prototipo de aquellos montacargas que aparecieron más tarde.
En la antigua Roma, los ascensores también se usaban en los hogares de los ciudadanos ricos. Los restos de tal dispositivo fueron excavados por arqueólogos debajo de las ruinas de uno de los edificios en la ciudad de Herculano, que pereció en la erupción del Vesubio. Este elevador primitivo probablemente se usó para llevar comidas preparadas desde la cocina en el primer nivel del edificio a los pisos superiores de la casa.
A mediados del siglo XVIII, existía un ascensor más avanzado en el Palacio de Versalles, construido por capricho del rey francés Luis XV. Los sirvientes subieron y bajaron la parte móvil de la estructura. El ascensor, que contaba con un dispositivo bastante complejo y original, solo era necesario para que el rey pudiera subir a la habitación de su amada, ubicada un piso más arriba.
De la historia de la aparición del ascensor moderno
Posteriormente, los ascensores comenzaron a utilizarse con fines industriales. A principios del siglo XIX, se utilizó una estructura similar, impulsada por vapor, en las minas de carbón estadounidenses. Su ventaja era que el equipo ya no requería la fuerza muscular de humanos o animales. Un poco más tarde, los montacargas comenzaron a utilizarse ampliamente en las fábricas británicas.
En 1845, el inventor William Thompson, famoso por la creación de neumáticos, hizo una demostración del primer elevador hidráulico del mundo. Un paso revolucionario fue el uso del sistema de frenado seguro de la plataforma en caso de accidente. El trabajo de este dispositivo se mostró en uno de los rascacielos de Nueva York en 1854. Su autor fue Elisha Otis, quien fue el primero en probar la calidad del sistema de frenos. La demostración deleitó a la audiencia.
Habiéndose convertido en seguros, los ascensores han encontrado un uso generalizado no solo en la fabricación, sino también en edificios residenciales y de oficinas. El accionamiento hidráulico fue reemplazado por uno eléctrico. Apareció un sistema de apertura automática de puertas, el movimiento de la cabina se volvió suave. Los modernos edificios de gran altura en las ciudades más grandes del mundo están equipados con ascensores de alta velocidad seguros y cómodos, que en cuestión de minutos pueden elevar pasajeros y mercancías a alturas vertiginosas.