Hay dos tipos de sabores: naturales y artificiales. Los sabores naturales (aceites esenciales, especias, extractos de varios productos) han existido desde la antigüedad. Y los sintéticos se crearon por primera vez en el siglo XX en el laboratorio utilizando una serie de reacciones químicas.
La historia de los sabores naturales
Los sabores naturales están hechos de sustancias que existen en la naturaleza. Estos pueden ser sabores y aromas complejos, que consisten en diversas esencias, extractos, resinas, aceites esenciales, productos de tostado, fermentación y calentamiento que no se pueden distinguir de los sabores artificiales.
La diferencia es que todos los elementos utilizados no son creados por el hombre, sino que existen en condiciones naturales.
Los aditivos más simples y familiares también se pueden llamar sabores naturales. Estos pueden ser especias, hierbas, jugos de frutas o frutas, jugos de vegetales y otros alimentos. Es decir, todas estas son sustancias que pueden usarse para darle a la comida o algo un olor agradable. La historia de estos aromas se remonta a varios miles de años; incluso en la antigüedad, las personas aprendieron a usar hierbas y aceites para mejorar el sabor y el aroma de los productos. Es imposible decir con certeza a quién se le ocurrió la idea de mejorar la calidad de los alimentos y no su valor nutricional. Las primeras sustancias aromáticas para el cuerpo aparecieron en el antiguo Egipto. Hay sugerencias de que los primeros aromas alimentarios complejos se crearon en los antiguos países árabes.
La historia de los sabores artificiales
Los sabores artificiales también dan a los alimentos diferentes sabores, pero se producen por reacciones químicas y son sustancias que no se encuentran en la naturaleza. En su composición y estructura, son similares a los sabores naturales. En el siglo XX, la química alcanzó tal nivel de desarrollo que los científicos pudieron sintetizar algunas sustancias de forma artificial. Por ejemplo, crearon acetato de isoamilo a través de complejas reacciones químicas y descubrieron que tenía un aroma a plátano o pera. Como resultado, esta sustancia se ha llegado a utilizar para impartir este aroma y sabor a los alimentos.
Es imposible nombrar con certeza al inventor de la fragancia artificial, las primeras sustancias sintéticas que emiten olores agradables fueron creadas por muchos químicos, pero aún no se han utilizado con el propósito de aromatizar. El aldehído de fresa se produjo en el siglo XIX a partir de acetofenona y alcohol etílico, y luego comenzó a usarse en la producción de perfumes y en la industria alimentaria. A principios del siglo XX, se comenzaron a incorporar algunos aditivos artificiales en los alimentos.
En 1935, se inauguró la primera planta de aromáticos químicos alimentarios en la Unión Soviética.
Hasta ahora, no hay evidencia de que los sabores naturales sean preferibles a los artificiales: la canela no es necesariamente más saludable que el cinamaldehído y algunas sustancias sintéticas no contienen impurezas nocivas.