A mediados del siglo pasado, el físico teórico inglés Peter Higgs predijo la existencia de una partícula, que es el modelo fundamental del universo. El microobjeto, llamado en los círculos científicos "la partícula de Dios", fue descubierto experimentalmente. La idea del profesor de la Universidad de Edimburgo se materializó gracias al Gran Colisionador de Hadrones, una grandiosa instalación para el estudio de partículas elementales.
Las suposiciones de Higgs se basaban en la existencia de un cierto campo de "carga" con el que entran en contacto las partículas elementales que lo atraviesan. El físico descubrió la dependencia de la fuerza de interacción de las partículas que atraviesan el medio de su velocidad y masa final. Así, en los círculos de científicos nació la idea de un potente acelerador, capaz de separar parte del campo y disponer una especie de "Big Bang al revés".
El campo de "carga" predicho por el inglés se basó en las leyes de la mecánica cuántica y consistió en una cantidad que es tanto una onda como una partícula. Bosones es el nombre que se le da en la ciencia a los cuantos del hipotético campo de Higgs.
El objetivo del experimento era la posibilidad de romper un par de bosones y protones de Higgs con un impacto poderoso. Como resultado, el protón liberado, fuera de un medio específico, se convertiría en un fotón de luz y el buscado bosón de Higgs.
Los experimentos sobre el primer colisionador, construido bajo el patrocinio de la Organización Europea para la Investigación Nuclear, comenzaron a principios de la década de 1980. No fue posible encontrar el bosón de Higgs en ese momento, pero muchos resultados intermedios positivos fueron alentadores y alentadores.
Los experimentos se reanudaron en el Gran Colisionador de Hadrones, erigido en el área del lago de Ginebra, y continuaron durante más de once años. La investigación corrigió los parámetros y determinó el rango de medición.
Varios años de espera y unos costes impresionantes para un proyecto científico han dado sus frutos. En un comunicado de prensa oficial del CERN (Organización Europea para la Investigación Nuclear) el 4 de julio de 2012, se hizo una declaración cautelosa sobre los claros signos revelados de la existencia de una nueva partícula de Higgs. A pesar de la pequeña probabilidad de error, la mayoría de los científicos confían en que la búsqueda del bosón de Higgs se ha completado triunfalmente.